Relieve e Hidrografía de Santa Cruz
Las montañas del frente cordillerano, de altitud casi siempre inferior a los 3 000 m, presentan relieves muy plegados, que conforman un encadenamiento compuesto por sedimentos marinos y continentales de la era Mesozoica, con intrusiones de rocas graníticas; tal es el caso del Monte Fitz Roy.
Los últimos movimientos del Terciario fueron acompañados de erupciones volcánicas, originando los picos más elevados, como el Monte San Lorenzo. En el área de transformación hacia el este, dichos terrenos se suceden en un paisaje de mesetas subhorizontales, cuyo escalón principal está delimitado por la isohipsa de 900 m.
Se pueden distinguir tres rasgos particulares. En primer lugar, cuerpos lacustres de gran extensión superficial, originados por la acción combinada de la tectónica original de hundimiento y los procesos de cavamiento y deposición terminal de los glaciares de retroceso, forman una serie de lagos profundos que seccionan transversalmente la cordillera. En ellos tienen sus nacientes caudalosos ríos que fluyen hacia el océano desafiando el dilatado tránsito de las áridas mesetas en las que se encajan sus valles.
Los lagos, además de funcionar como reguladores de caudales de los ríos, generan en la zona microclimas de menores amplitudes térmicas.
El segundo rasgo es un testimonio de la compleja acción glaciaria del período Cuaternario: el campo de hielo continental que vuelca hacia el este sus numerosas lenguas glaciarias.
Por último, el tercer rasgo es la formación que las lenguas glaciarias tallaron en los valles transversales al eje cordillerano, trabajando fracturas, fallas y antiguos cauces.
Las mesetas constituyen el modelado más representativo de la Patagonia. En la provincia se extienden desde la costa, escalonándose hacia el frente cordillerano con estructuras horizontales o poco plegadas, hasta alcanzar, en el extremo oeste, una altura a veces superior a los 1 000 m en áreas con relieves serranos más complejos.
Dentro de esta unidad morfológica pueden distinguirse variantes. La isohipsa de 900 m delimita, aproximadamente, el ámbito de las altas mesetas constituidas por terrenos sedimentarios y volcánicos. Los mantos de basalto que las cubren determinaron la formación de cubiertas de gran resistencia a la erosión, fácilmente reconocibles por la ausencia de cursos de agua superficial. Allí se encuentran los restos de extensos bosques petrificados, como el adyacente al cerro Madre e Hija.
Las formas tabulares periféricas, no obstante su menor altura, presentan mayores contrastes de relieve a causa de los grandes valles que las disectan, hacia los que descienden terrazas escalonadas de génesis cuaternaria, producidas por las variaciones de caudal y de nivel de los ríos. Otro elemento de diferenciación es la existencia de sedimentos marinos y continentales de menor resistencia a la erosión, en los que se han labrado valles y cañadones.
En las depresiones ocupadas por cubetas lacustres, bajos y cañadones de diverso origen, se destacan los Lagos Cardiel y Strobel, cuyas formas redondeadas denuncian su origen tectónico, y la depresión salina del Gran Bajo de San Julián.
Las depresiones, carentes de desagüe, resultan propicias para la erosión combinada, hídrica y eólica, ya que las lluvias denudan la superficie del terreno, excavando gran número de surcos que convergen en forma radial hacia ellas, facilitando la acción erosiva del viento sobre los bordes.
En el extremo nordeste yace parte de la gran cuenca sedimentaria del Golfo de San Jorge, limitada al sur por el Valle del Río Deseado. Esta cuenca, muy erosionable, ha sido excesivamente seccionada por cursos de agua intermitentes, de orientación subparalela, que fluyen hacia el mar y suministran la única fuente de agua potable de la zona.
Al sur del río Gallegos, el ambiente periglaciar quiebra la uniformidad de las mesetas con un relieve colinado y presenta un rosario de lagunas con orientación oeste-este, originadas por la acción del hielo sobre una antigua cuenca sedimentaria que encierra mantos petrolíferos.
La costa constituye el reborde oriental de las mesetas, las cuales se cortan abruptamente formando terrazas cubiertas por sedimentos marinos, que provocan la salinidad de los suelos.
Los valles fluviales constituyen, por su disposición transversal a las otras unidades, un elemento de tipo conectivo que se adapta a las condiciones impuestas por las naturalezas morfológica, hídrica y climática de ambas, estableciendo un lugar propicio para la instalación humana.
República Argentina 40 117 096 habitantes.
Provincia de Santa Cruz 273 964 habitantes.
El rasgo típico es la excesiva anchura de los cauces en relación con el caudal actual de los ríos. No obstante pueden diferenciarse dos tramos: el superior, cordillerano, de compleja cuenca de alimentación originada por altas precipitaciones, colecta un sin número de torrentes y ríos menores que surcan los valles transversales a la cordillera; y el inferior, que discurre a través de las mesetas desérticas por valles encajonados, es el tramo alóctono que finaliza en los grandes estuarios.
Estos valles y los ríos que los surcan canalizan todo el escurrimiento superficial con drenaje al mar. Los ríos se diferencian por su régimen y su cuenca de alimentación: unos nacen en lagos que regulan su caudal, mientras otros son de régimen irregular, es decir, pluvio-nival. En tiempos recientes el retroceso de los glaciares y el descenso del nivel de los lagos provocaron la desconexión de éstos con sus antiguos emisarios, tal es el caso del Lago Buenos Aires y el río Deseado.
El río Deseado recorre el norte desde la cordillera hasta el Atlántico, en dirección noroeste a sudeste. Está formado por el cañadón homónimo y el río Pinturas, cuyos paredones guardan inscripciones de los aborígenes. Escurre hacia el este, donde comienza a explayarse y secarse para desembocar finalmente en una ría a 40 km de la costa, afectada por las mareas, la superficie y el contorno de las depresiones.
El río Santa Cruz nace en el Lago Argentino, al que tributa el Viedma, por el río La Leona. Recibe por margen derecha pequeños cursos que descienden de las barrancas. Por margen izquierda hacen su aporte los Cañadones del Mosquito (provenientes del cerro Fortaleza) y el arroyo El Lechuza. Luego confluyen, por la misma margen, el arroyo De las Cuevas y los Cañadones Yaten Guajen, Collón Kaike y Grande.
Esos cañadones, al igual que las vaguadas que confluyen por margen derecha, hacen aportes únicamente en época de lluvias. Confluye también el río Chico, por el brazo norte de la ría Santa Cruz. Aguas abajo se ubica el Puerto de Santa Cruz.
En el sur, el río Coig o Coyle nace en la Laguna La Esperanza y fluye hacia el nordeste, hasta encontrar una barra que desvía su curso hacia el este. Avanza alternativamente hacia el este y nordeste. Aproximadamente en el paraje Fuentes del Coyle alcanza una zona baja y se subdividide en varios brazos y formando islotes. A esa altura, recibe por margen derecha un afluente sin nombre de carácter permanente.
El río Coig se explaya mientras recibe por ambas márgenes cursos de carácter intermitente y, más abajo, toma las aguas del río Pelque por margen izquierda (que desciende de la ladera oriental de la Meseta del Italiano).
El río Gallegos tiene su cabecera en el Turbio y toma su nombre desde la confluencia de este último con el Penitente. Su curso superior puede congelarse en inviernos rigurosos y su curso inferior es navegable; en él se localiza el Puerto de Río Gallegos.
Los lagos más importantes son Buenos Aires, Ghio, Pueyrredón, San Martín (compartido con Chile); Belgrano, Burmeister, Nansen, Strobel, Cardiel, que no tienen desagüe; Viedma y Argentino, estos dos últimos alimentados por numerosos glaciares.