Historia de La Rioja
En 1591, Don Juan Ramírez de Velasco, el entonces gobernador de Tucumán, dispuso realizar una campaña para repoblar la ciudad de Londres (en Catamarca). Ya en marcha, recibió novedades sobre la existencia de minas de oro en Famatina y decidió cambiar de rumbo.
Así fue que el 20 de mayo de 1591 fundó la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja, donde hoy está la Plaza 25 de Mayo, en la capital provincial. Al parecer, el sitio fue escogido por sus posibilidades de riego para el cultivo. La tarea de cristianizar a los aborígenes estuvo a cargo de los sacerdotes franciscanos, entre quienes se destacó la figura de San Francisco Solano.
En un principio, la nueva ciudad pertenecía a la Gobernación del Tucumán y durante la época del Virreinato del Río de la Plata, pasó a depender de la Intendencia de Córdoba, a cargo del Marqués de Sobremonte.
Si bien el pueblo riojano apoyó la Revolución de Mayo y contribuyó a la organización política de la patria y a las luchas por la independencia, hacia 1820, debido a las diferencias centralistas con el gobierno de Buenos Aires, declaró su autonomía y nombró gobernador a Francisco Ortiz de Ocampo. Juan Facundo Quiroga se negó a reconocer el poder de Ortiz de Ocampo, consiguió imponerse derrotándolo con un grupo de milicias rurales sanjuaninas y llamó para ejercer el cargo de gobernador a Nicolás Dávila. Este, al poco tiempo fue destituido por sus diferencias con la legislatura.
En 1823 Quiroga fue nombrado gobernador y aunque duró solo cuatro meses en el cargo, mantuvo el poder como jefe de armas. Se opuso a la constitución unitaria porteña y no reconoció al presidente Rivadavia ni a las leyes que dictaba. Se le adjudicó el sobrenombre Tigre de los Llanos.
Durante los años siguientes, el país estuvo controlado por una alianza tácita entre los caudillos Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas y Estanislao López, mientras la provincia era gobernada por Tomás Brizuela.
El caudillo riojano fue asesinado en 1835.
Finalmente Rosas logró imponer su autoridad sobre todo el país y durante algunos años los gobiernos sucesivos de la provincia vivieron en armonía con él. Tras su caída, el gobernador Bustos firmó el Acuerdo de San Nicolás y se plegó a la Constitución de 1853, con Francisco Solano Gómez como primer gobernador. La primera Constitución Provincial data del año1855.
Otro gran caudillo fue Ángel Vicente Peñaloza, el Chacho. Intervino en numerosas luchas por mantener el federalismo en el país y principalmente en su provincia, pero luego de varias derrotas y a pesar de su rendición, fue asesinado en 1863.
Uno de los avances más notables fue en el ámbito educativo. A fines de 1870 la provincia ya contaba con 52 escuelas en funcionamiento, a las que se sumó el Colegio Nacional de La Rioja fundado en 1871.
En 1906 se construyó el nuevo Colegio Nacional, en el cual entre sus principales profesores se destacó Joaquín V. González.
Otro personaje notable es Rosario Vera Pañaloza, llamada la maestra de la patria, quien ejerció la docencia en varias provincias y viajó por todo el país para instruir y perfeccionar a los docentes.