Biomas de Corrientes
Corrientes presenta vegetación de transición entre los biomas bosque-parque chaqueño y espinal, aunque también se encuentran especies de la selva misionera a lo largo de los ríos Paraná y Uruguay, en donde las copas de los árboles se unen y forman la llamada selva en galería, con helechos, claveles del aire, lianas y enredaderas. En el sotobosque se distinguen caña tacuaruzú, palmera pindó, lapacho y muchas otras especies que constituyen este ambiente.
Al nordeste predomina la sabana, con hierbas que se agotan durante el breve período invernal, ligeramente seco, y que adoptan la fisonomía de un pajonal de hierbas altas que el ganado no consume, motivo por el cual los pobladores las queman al comenzar la estación lluviosa de la primavera para facilitar el rebrote.
Formas adaptadas a las condiciones de microrelieve generan la aparición de especies higrófilas (plantas que se desarrollan como tales en un ambiente acuático) en los bajos húmedos, inclusive en turberas y selvas ribereñas.
Al noroeste se desarrolla el parque chaqueño, originalmente con ejemplares de quebracho colorado (hoy extinguidos por la tala sistemática) y un arbusto de frutos comestibles, el guayabo, muy frecuente en los alrededores de la ciudad de Corrientes.
Al sur penetra el espinal, caracterizado por la presencia de palmares de yatay, pastizales y bosques bajos y espinosos de ñandubay y espinillo.
Pero en general domina la vegetación acuática y palustre, con sus raíces sumergidas fijas o flotantes: juncos, espadañas, camalotes, repollitos, lentejas, helechos de agua, irupé o maíz de agua. La acumulación de vegetación acuática origina la formación de embalsados, islas flotantes sobre las cuales se deposita tierra y donde es posible encontrar sangre de drago y ceibo, entre otras especies.
Pirí, paja brava, totora y pehuajó son algunas de las plantas acuáticas altas que crecen bordeando las lagunas.
Algunos ejemplares faunísticos se encuentran amenazados de extinción. Puede considerarse desaparecido el yaguareté y, en vías de serlo, el puma y el gato pajero. El ciervo de los pantanos, refugiado en las zonas de los esteros, es una de las especies en extinción que Corrientes declaró Monumento Natural de la Provincia. El oso hormiguero, tenaz destructor de los termiteros que pueblan los campos inundables y los arrozales -que quedan así inutilizados para el cultivo-, también debiera ser objeto de especial protección.
En los Esteros del Iberá subsisten todavía dos yacarés (el de hocico ancho y el de hocico angosto, muy perseguidos pero aún recuperables) y el carpincho, roedor de hábitos alimentarios que combina durante el día el consumo de plantas acuáticas, a las que accede por su condición de hábil nadador, y durante la noche el pastoreo de las hierbas de las rinconadas. Se pueden encontrar también aguará-guazú, zorro de pelo rojizo y patas negras, otra especie en peligro de extinción.
Entre las aves se distinguen martín pescador, garza, espátula, pato, gallareta, cigüeña, gallineta, boyero, cardenal, cisne, tucán grande, paloma y cotorra. El dorado, el surubí, la palometa, el pejerrey, el bagre y el mandubí forman parte de la variada fauna íctica de la provincia. Anguilas y tamboatas invaden los charcos y lagunas y otorgan más belleza a estas aguas transparentes.
Área Natural Protegida
La Dirección de Fauna Silvestre tiene entre sus objetivos incrementar la superficie de hábitat bajo protección estricta de especies de fauna representativa de un ecosistema o región, especialmente de aquellas que son aprovechadas por la población local.
En ese sentido se trabaja activamente para gestionar la creación, implementar y colaborar con las autoridades provinciales en el mantenimiento de áreas naturales protegidas (ANP), teniendo como visión al uso sustentable como herramienta para la conservación.
Las zonas protegidas de la provincia se dividen en parques nacionales, provinciales y reservas naturales, todos ellos bajo administración nacional, provincial, mixta o privada.
El Parque Nacional Mburucuyá se creó para proteger un área representativa de los ambientes del noroeste correntino en un excepcional estado de conservación. Constituye un importante refugio para la flora: quebracho, urunday, viraró, algarrobo, tala, palmera caranday, alecrín, caña tacuaruzú, timbó, laurel y palmares de yatay. En cuanto a la fauna, se encuentran en el área especies en peligro de extinción, como aguará guazú, lobito de río y yacarés negro y overo; hay también mono aullador o carayá, dorado, surubí y vieja de agua, entre otros.