Relieve e Hidrografía de Catamarca

En el extremo occidental de la provincia, el área sin desagüe de la Puna y la alta montaña constituyen el escalón superior del relieve. La vasta altiplanicie se extiende surcada por altos cordones montañosos, ricos en recursos minerales. Se encuentran conos volcánicos, como Antofalla, Ojos del Salado, Tres Cruces y Pissis, y fuentes de aguas termales.

La Puna conforma una depresión en altura. Hacia el sur, la cordillera de San Buenaventura señala la transición con los altos y escarpados cordones de la cordillera frontal, que combinan distintos tipos y antigüedades de plegamientos con grandes bloques fracturados, creando un estilo tectónico complejo.

Las Sierras Pampeanas y el Sistema de Famatina se alternan con valles y bolsones. El viento y las escasas pero torrenciales lluvias denudan las cimas de areniscas blandas que depositan en el piedemonte.

El Sistema de Famatina está limitado por los valles de Fiambalá y Tinogasta al este y el valle del Chaschuil al oeste. El agua precipitada durante el estío escurre rápidamente entre las sierras, desaparece en los suelos permeables de las depresiones y se suma al aporte de los deshielos primaverales que sostienen el caudal regular de los ríos. Entre estos se destaca el Abaucán, que colecta las aguas del extremo sudoeste del territorio a través del río Chaschuil o Guanchín.

En su tránsito hacia el sudeste, el río Abaucán recibe escasos afluentes que sólo llegan a desaguar cuando ocurren lluvias torrenciales, generando correntadas que compensan la alta infiltración y la evaporación ambiental.

Las Sierras Pampeanas se extienden por el centro, el este y el sur de la provincia, donde se internan en el ámbito de las Salinas Grandes y los Llanos de La Rioja. El relieve organiza el drenaje superficial del agua hacia los valles y los bolsones. El del río Paclín forma el desagüe mayor, debido a la amplitud del valle y a la extensión de su curso de agua, constituyendo la mejor vía de comunicación natural con el norte.

Las Sierras de Ambato, Graciana y Ancasti encierran dos valles, uno amplio (el del río del Valle) y otro angosto (el del río Paclín, afluente del anterior). En esta cuenca, que ocupa el 6% de la provincia, se forma el mayor de los oasis catamarqueños, con el 45% de la población.

República Argentina 40 117 096 habitantes.

Provincia de Catamarca 367 828 habitantes.

Los cordones de las Sierras de Narváez y Fiambalá rodean al bolsón de Fiambalá, cuyo paisaje es removido por los vientos formando médanos.

La amplia depresión de forma casi circular que ocupa el bolsón de Andalgalá, limita al norte con la Sierra del Atajo, al sur con la Sierra de Velasco (La Rioja), al oeste con los altos bloques de las Sierras de Fiambalá y Copacabana y al este con los cordones de Ambato y Mazán. En la zona del Farallón Negro, Agua Tapada y Capillitas se encuentran importantes yacimientos hidrotermales.

El bolsón funciona como el mayor receptáculo de aguas de la provincia y drena una extensa zona cuyas corrientes convergentes comprenden los desagües orientales de las Sierras del Atajo, la Alumbrera y Belén y los cursos esporádicos de los faldeos australes del Aconquija. En todos los casos, las corrientes de aguas solo ocasionalmente alimentan al Salar de Pipanaco, donde afloran aguas cargadas de cloruro de sodio, potasio y magnesio, formando grandes costras salinas.

En el borde oriental de la Puna y en la Sierra del Cajón tiene su origen una cuenca exorreica, la de los ríos Santa María o Yocavil, afluente del Guachipas, que desemboca en el río Pasaje o Juramento.

El valle de Catamarca se abre hacia el ámbito de los llanos riojanos, enmarcados por los paredones de las Sierras de El Alto o Ancasti al este y del Ambato al oeste. La aptitud agrícola de los suelos se debe a las aguas del río El Tala, embalsadas en el lago El Jumeal.

El único río permanente es el Albigasta. Sus principales crecientes estivales se derraman en la llanura inmediata y alimentan una extensa área de bañados. Frente a los cursos de escaso caudal y régimen estacional están las aguas subterráneas, cuyos acuíferos abundan en el subsuelo de valles y bolsones.

Las elevaciones orientales de los bloques pampeanos se conectan con el área llana extendida desde el piedemonte de la Sierra de Ancasti hasta alcanzar, por el sudeste, la zona de influencia de las Salinas de San Bernardo.

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