Biomas de Río Negro
La zona de vegetación más rica debido a la cantidad de lluvias es el oeste, donde el único condicionante para el desarrollo de un bosque denso es la temperatura. El resultado es la aparición del bosque austral que cubre esta área montañosa en una franja a partir del límite con Chile. Es un bosque de maderas semiduras, con árboles altos de hojas caducas y palo recto, sobre todo cuando se agrupan en conjuntos cerrados, con ejemplares de coihue, ciprés y maitén.
En las regiones más húmedas predomina el helecho, el musgo, la enredadera y las epífitas. Hacia el este, con la declinación de la humedad, el bosque austral comienza a perder ejemplares, tanto en variedad como en cantidad; los mismos se hacen más pequeños y aislados, lo que en parte se infiere al observar la toponimia, donde comienzan a aparecer nombres como molle y maitén, que indican especies de climas menos húmedos.
Esta disminución del bosque es paralela a un aumento en la calidad de los pastos, que sólo comienzan a decrecer hacia el este para dar paso a la estepa patagónica, con pequeños arbustos y pastos duros que no cubren en forma total el terreno y que solamente son utilizables para el pastoreo de animales menores, como ovinos o caprinos. Este tipo de vegetación es la predominante en la meseta central, pero hacia el norte y el este la temperatura comienza a aumentar y también lo hacen las precipitaciones.
Las especies forman la estepa patagónica son jume, matasebo, cola piche, jarilla, cactus, neneo, coirón, llareta y otras variedades de similares características.
De allí que en el nordeste de Río Negro se encuentren las manifestaciones más australes de la vegetación del monte de Argentina, donde lo característico es la presencia de árboles y arbustos leñosos y espinosos que alternan con pastos relativamente abundantes que permiten en la provincia la explotación de la ganadería vacuna de tipo extensiva.
Se destacan ejemplares de caldén, algarrobillo, chañar brea, algarrobo, pasto segado, flechilla, cola de zorro, alfilerillo, alpataco, matorro negro, trébol de carretilla, cebadilla y zampa.
En cuanto a la fauna, en las cumbres más altas del límite con Chile encontramos hurón, ciervo pudú, cauquené y ciervo europeo; en la estepa patagónica y el monte, guanaco, puma, zorro gris, mara, algunos armadillos, hurón y ñandú petiso. En las zonas costeras abundan los mamíferos adaptados a la vida en el mar, focas, lobos y elefantes marinos. También hay pingüinos, como a lo largo de toda la costa patagónica.
Entre las aves que se destacan podemos mencionar el cauquén común o avutarda, la bandurria y el cormorán. La gaviota cocinera pasa largas horas en el agua y también en los bordes de las lagunas. Entre las aves rapaces, es muy común el halconcito, el águila, la lechuza, el jote de cabeza negra y el cóndor.
La fauna ictícola nativa está integrada por el puye, el pejerrey patagónico y la perca. La introducción de los salmones y las truchas resultó nefasta para los peces del lugar, que fueron depredados por esas especies hasta casi su exterminio.
Áreas Naturales Protegidas
Las Áreas Naturales Protegidas fueron creadas para conservar muestras representativas de las unidades biogeográficas, ecosistemas, ambientes y hábitats terrestres y acuáticos que alberguen especies silvestres autóctonas, migratorias, endémicas, raras o amenazadas.
Asimismo resguardar, preferentemente en su lugar de origen, los recursos genéticos, así como el patrimonio cultural, arqueológico, paleontológico, espeleológico y antropológico. También, proteger los ambientes que circundan las nacientes de cursos de aguas, garantizando su subsistencia y perpetuidad.
Al mismo tiempo, favorecer la creación de Áreas Naturales Protegidas Municipales y Privadas; propiciar y realizar investigaciones en Áreas Naturales Protegidas y promover toda acción que coadyuve a la participación de la comunidad; preservar el Paisaje Natural, y garantizar el mantenimiento de la diversidad biológica, genética y los procesos ecológicos y evolutivos naturales.
Parque Nacional Nahuel Huapi: caracterizado por la variedad de sus paisajes, por su majestuosidad y trascendencia. Este parque yace en la intersección de las provincias de Neuquén y Río Negro, próximo a la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Protege un área representativa de la región andina del norte de la Patagonia. Limita al oeste con la República de Chile y al norte con el Parque Nacional Lanín e incluye dentro de su territorio al específico Parque Nacional Los Arrayanes.