Historia de Misiones
Muchos años antes de la llegada de los españoles, estas tierras eran ocupadas por distintas etnias; sin embargo, el pueblo guaraní fue el más importante. Cabe destacar la trascendencia que culturalmente tuvieron en el territorio misionero y la región.
Los primeros tiempos de convivencia transcurrieron pacíficamente, pero la ambición española llevó al abuso y a la dominación, a través de lo que se llamó la encomienda, sistema creado por la corona española que otorgaba tierras e indígenas a los españoles.
Luego, con el arribo de los jesuitas se crearon las reducciones; estas eran pueblos integrados por comunidades indígenas reunidas para ser evangelizadas. Los padres de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola en 1539, se instalaron en la región en medio de una tensión política entre dos imperios coloniales que se disputaban el poder: España y Portugal.
Esta nueva organización provocó conflictos, que llevaron a presiones y agresiones de los dos bandos, hasta que finalmente en 1767 se firmó la expulsión de los jesuitas.
Con la creación del Virreinato del Río de la Plata se conformarían las gobernaciones e intendencias y esta región pasaría a depender de Asunción.
La Revolución de Mayo de 1810 aumentó las disputas sobre el territorio de Misiones. Tanto Manuel Belgrano como los independentistas Gervasio Artigas y su hijo adoptivo Andresito querían fortalecer la identidad de la zona, otorgándole autonomía política y administrativa.
Andresito y sus guaraníes libraron numerosas batallas contra los españoles y evitaron la incorporación de Misiones como posesión portuguesa. También en defensa de la federación venció en Corrientes y ocupó la gobernación de esta provincia por un año. Posteriormente acudió en ayuda de su padre Artigas, pero fue derrotado en la Banda Oriental, apresado y enviado a una cárcel en Brasil.
Luego el territorio de Misiones, especialmente el sur donde se encuentra actualmente Posadas, estuvo ocupado por paraguayos, correntinos y brasileros debido a razones estratégicas económicas (la riqueza maderera existente en su selva y las grandes extensiones naturales de yerba mate) y militares.
Solamente luego de la guerra de la Triple Alianza (1865-70) quedaron más definidos los límites de la provincia. El Tratado de Paz argentino-paraguayo de 1876 acordó que el límite entre ambos países sería la línea establecida por el río Paraná.
En 1881 se designa a Misiones como Territorio Nacional; el gobernador fija primero la capital en Corpus y después definitivamente en Posadas. En esta etapa se inicia la llegada de las diferentes olas inmigratorias europeas, que benefician a la región con la conformación de una sociedad plural en lo racial, lo religioso y lo cultural.
Finalmente, y luego de varios intentos, en 1953 se sancionó la ley por la cual se provincializa el Territorio Nacional de Misiones; así vuelve a tener el estatus de provincia argentina y recobra su plena autonomía como estado federal. Por último en 1958, se sancionó la Constitución provincial.